Poco después de cumplir los ocho meses de embarazo, a Alina le anuncian que su hija no podrá sobrevivir al nacimiento. Ella y su compañero emprenden entonces un doloroso pero también sorprendente proceso de aceptación y duelo. Laura, la gran amiga de Alina, nos cuenta igualmente la historia de su vecina Doris, madre soltera de un niño encantador con problemas de comportamiento.